Sorprende la cantidad de páginas web de empresa que hay abandonadas a su suerte, como si fueran un perro por vacaciones. Cientos de sitios web son tratados con cariño al principio, y al cabo del año pasan a ser una molestia, nadie les presta atención y son olvidados por sus dueños.
Habitualmente nos encontramos con empresas de todos los tamaños, que gastan una buena parte de sus recursos en imagen, y sin embargo, se olvidan de actualizar su sitio web y no es un apunte interesado, corporativista o sectorial.
El resultado de tener una página anticuada, con poca o muy mala usabilidad, transmite la misma imagen que ir en calzoncillos a una reunión importante. Teniendo en cuenta la rapidez con la que la red evoluciona, dejar sin actualizar la web un año es una temeridad. El usuario que visite el espacio online se llevará una sensación de sitio en ruinas. Si además se comete el pecado venial de sobresaturar el site con publicidad, seguramente estaremos ante una web que infringe todas las reglas de usabilidad, imagen y reputación.
La reputación online, un valor volátil, hay que cuidarla hasta en los más mínimos detalles. La mujer del César no solo tiene que serlo, sino que parecerlo.
En muchas páginas web la mujer del César parece una prostituta vieja, despeinada y zarrapastrosa con publicidad en los sujetadores. Todo esto puede parecer una obviedad pero…honestamente, ¿Cuantos sitios webs conoces que piden a gritos una buena mano de pintura?
Vía : Awanzo
Habitualmente nos encontramos con empresas de todos los tamaños, que gastan una buena parte de sus recursos en imagen, y sin embargo, se olvidan de actualizar su sitio web y no es un apunte interesado, corporativista o sectorial.
El resultado de tener una página anticuada, con poca o muy mala usabilidad, transmite la misma imagen que ir en calzoncillos a una reunión importante. Teniendo en cuenta la rapidez con la que la red evoluciona, dejar sin actualizar la web un año es una temeridad. El usuario que visite el espacio online se llevará una sensación de sitio en ruinas. Si además se comete el pecado venial de sobresaturar el site con publicidad, seguramente estaremos ante una web que infringe todas las reglas de usabilidad, imagen y reputación.
La reputación online, un valor volátil, hay que cuidarla hasta en los más mínimos detalles. La mujer del César no solo tiene que serlo, sino que parecerlo.
En muchas páginas web la mujer del César parece una prostituta vieja, despeinada y zarrapastrosa con publicidad en los sujetadores. Todo esto puede parecer una obviedad pero…honestamente, ¿Cuantos sitios webs conoces que piden a gritos una buena mano de pintura?
Vía : Awanzo
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